Intervención pedagógica para evitar el fracaso escolar
El fracaso escolar,
es un hecho que está latente en nuestro sistema educativo, España encabeza las cifras de fracaso escolar y desempleo juvenil en Europa, sus cifras
son muy elevadas, 1 de cada 3 alumnos abandonaron sus estudios sin terminar la educación secundaria obligatoria en 2012.
Lo cual no afecta
únicamente al ámbito educativo, sino que repercute directamente
sobre los aspectos socioculturales, como por ejemplo la posibilidad de
aumentar el nivel educativo o el incremento de riesgo de exclusión social de estos
alumnos, y económicos, ya que la
existencia de este problema conlleva el desaprovechamiento de recursos
públicos.
En primer lugar,
vamos a definir que es el fracaso escolar:
Es un término que
plantea el fracaso como un bajo rendimiento de un alumno en relación a las expectativas
que la institución educativa tiene de él partiendo de una serie de parámetros
como su edad, su historial escolar, su ubicación en la red escolar y las pautas
de calificación de la escuela en la que se integra.
El peso de este concepto puede aumentar si
establecemos que el fracaso escolar queda
reducido a una materia determinada. Por ejemplo, puede considerarse que
un alumno con dificultades con la lectura y
que no alcanza el nivel óptimo, está padeciendo fracaso escolar.
Es decir, que el fracaso escolar puede
definirse como la dificultad del alumno ante un área determinada y que puede
repercutir en otros ámbitos o asignaturas.
Sin embargo, con este término nos
referimos por lo general a un concepto más extremo: El abandono o la
imposibilidad de terminar con el periodo obligatorio (ESO).
Esto quiere decir que existe un gran peso
en el abandono escolar por alumnos con una edad inferior a 16 años, edad en la
que se tiene la posibilidad de acceder al mercado laboral. Lo que se resumen en
un fracaso y abandono escolar prematuro que impide que estos sujetos tengan la
posibilidad de concluir sus estudios obligatorios o que dispongan de un trabajo
retribuido.
Causas del fracaso escolar:
Los factores que pueden incentivar a un
alumno a abandonar la escuela son diversos y pueden estar causadas por la misma
escuela, otros alumnos/as, docentes y sus respectivas metodologías didácticas,
situación social y económica de la familia, inadaptación social de un
colectivo, etc.
A continuación vamos a exponer las
causas más comunes del fracaso escolar:
Salud:
Los problemas de salud tienen una influencia negativa en el rendimiento
escolar. La responsabilidad del tutor en relación a este aspecto, supone:
·
Observar
los síntomas de enfermedad.
·
Ajustar
la enseñanza y el currículo a las posibilidades y necesidades de todos sus alumnos.
Temperamento:
Estos son algunos de los elementos influyentes al respecto:
·
Estabilidad
e inestabilidad emocional.
·
Animo o
depresión.
·
La
fluidez; hay caracteres más fluidos y otros más dispuestos al bloqueo.
·
La
capacidad de concentración, de atención, la voluntad.
·
La
velocidad psíquica.
·
La
seguridad personal, autoestima.
Capacidad del alumno:
El
problema puede radicar en que el niño tenga dificultades de aprendizaje o
baja capacidad intelectual.
El caso opuesto también puede conllevar fracaso escolar; hay niños con altas capacidades que pueden no
ver satisfechas sus necesidades en el colegio (contenidos que se les quedan muy
bajos, aburrimiento, intereses diferentes).
Hábitos de estudio:
Además es necesario estudiar a diario, convirtiéndolo en una rutina, y evitando dejarlo todo para el día anterior del examen.
Causas afectivas y emocionales:
·
La
perseverancia y el esfuerzo en una tarea determinada.
·
La
pasión, que puede ser motivadora o por el contrario, generar una sobreexitación
contraproducente (hiperactividad).
·
El nivel
de aspiración, ya que el rendimiento puede estar determinado por la autoestima y
la motivación.
Causas ambientales:
Dentro
de las causas ajenas al individuo, se incluye el método, la desproporción de
los deberes impuestos fuera del horario escolar, la sobrecarga de trabajo y
responsabilidades, etc.
Otras
causas como la fatiga o el estrés de las grandes ciudades, también podrían ser
consideradas.
Causas sociales:
El
ambiente socioeconómico, el ambiente familiar y la dificultad o exigencias de
los maestros, son otros factores a tener en cuenta.
Algunas
investigaciones han estudiado el fracaso del superdotado, sujetos que parecen presentar
a veces rasgos de ansiedad o inseguridad como consecuencia de las exigencias
familiares o por la falta de un nivel superior causado por la inexistencia de
un diagnóstico.
Señales de alerta del fracaso escolar
Ciertas circunstancias transitorias pueden convertirse en la base de un
fracaso escolar si no se detectan a tiempo:
Problemas de salud:
Una pequeña anemia (detectable con un
simple análisis de sangre) puede ser el origen de esa apatía que perjudica a su
rendimiento. Una pérdida auditiva o algún defecto en la visión, si no se
corrigen a tiempo, les pueden hacer ir cada vez más rezagados.
Conflictos emocionales:
Las etapas de conflictos familiares o personales son perjudiciales para la marcha de los alumnos, esta falta de estabilidad puede provocar un desaprovechamiento y un bajo rendimiento en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en las clases y en las tareas escolares.
Problemas de integración:
A veces, no sentirse aceptado por los
compañeros o no tener amigos puede hacer que se retraigan académicamente.
A este problema se le puede añadir la falta de una autoestima baja motivada por complejos como verse
gordo, avergonzarse de llevar unas gafas, etc.
Problemas en
el lenguaje:
Pueden derivarse por problemas o
dificultades en determinados ámbitos:
Como la dificultad por comprender el lenguaje
escrito (dislexia), dificultad de representar sonidos en la escritura (disgrafía),
dificultad para escribir de modo correcto una lengua (disortografía) o dificultades
específicas en el aprendizaje del cálculo (discalculia).
¿Como prevenir el fracaso escolar?
Este problema no
solamente debe solucionarse mediante una serie de estrategias de intervención
hacia el alumno sino que debe desarrollarse como un tratamiento contra toda una
cultura, que debe realizarse no solo en la escuela, sino también en los
hogares.
Para prevenir el
fracaso escolar es necesario comprometer e implicar a padres, profesores y
alumnos, para que puedan luchar y vencer este gran problema de nuestra sociedad
partiendo de las competencias que pueden ejercer cada uno de ellos.
Además, por ser
múltiples las posibles causas de un fracaso escolar (sociales, políticas,
económicas, familiares, educativas, psicológicas, pedagógicas, organizativas,
etc.), las prevenciones también deben darse en todos estos sectores.
En primer lugar
hay que actuar frente a la aparición de los primeros síntomas (problemas de
salud, emocionales, de integración, de lenguaje, etc).
El empleo de una metodología (o varias) será algo decisivo para que todos nuestros alumnos tengan las mismas oportunidades de aprender, ofreciéndoles a todos ellos garantías de éxito.
También tenemos
que tener en cuenta otros problemas que quizá no pueden observarse con tanta
facilidad como los mencionados anteriormente pero que pueden verse reflejados
en malos resultados en las notas, que no deben pasarse por alto.
Como padres y
docentes debemos motivar a nuestros alumnos, no únicamente para que aprueben y
saquen buenas notas, sino también para que se sientan cómodos en el aula y la
escuela y puedan sentirse realizados y plenamente socializados, siendo está
etapa decisiva para establecer unas rutinas y hábitos que emplearán a lo largo
de su desarrollo y futura trayectoria laboral.
Otro de los
métodos de prevención es evitar por todos los medios que los alumnos se sientan
clasificados o encasillados en papeles de perdedores, tontos o inferiores.
Debemos cuidar su autoestima aunque las notas no sean las esperadas para que no
asuman esto como algo habitual y esperado por todos. Es decir, debemos
incentivarles a superar sus metas y no aceptarlas.
Algunas
de las medidas generales de prevención contra el fracaso escolar que debemos
adoptar son:
- Actividades
de recuperación.
- Actividades
extraescolares motivadoras.
- Aprendizajes
significativos y relevantes.
- Fomento
de las técnicas de trabajo intelectual
- Orientación
escolar.
- Escuela
de madres y padres.
- Interés
de profesores y padres por los problemas del alumno/hijo.
- Realización
de estudios psicopedagógicos.
Diagnóstico del fracaso escolar:
Cualquier caso de fracaso escolar debe atender a un estudio psicopedagógico cubierto por el centro que debe concluir con un diagnóstico en el que se establezca un programa de intervención o de rehabilitación del alumno, señalando cuales son sus causas y pautas de intervención para solucionar el problema.
El diagnóstico se divide en dos fases:
1. Información escolar y familiar
Durante la entrevista familiar se pueden obtener datos en
los campos de la historia evolutiva, datos relativos al embarazo, parto,
nacimiento, crecimiento y estado de salud en general.
En lo relativo al informe escolar, no se trata tanto
de las evaluaciones cuantitativas como la opinión que tienen los profesores
respecto a: integración en el grupo, reacción frente al medio escolar,
rendimiento en relación a la opinión que tienen los profesores de su capacidad,
existencia de alguna anomalía específica observada, etc.
2. Exploración psicopedagógica
Nivel mental: interesa conocer el nivel mental del
niño para poder descartar un retraso intelectual como causa de la dificultad de
aprendizaje.
Exploración del lenguaje: nivel de evolución del
lenguaje (vocabulario, estructuración de frases, uso de verbos, etc.),
comparación entre el lenguaje espontáneo y el repetitivo, alteraciones
(dislalias e inversiones).
Exploración del nivel pedagógico: es de vital
importancia el estudio de los niveles adquiridos en las materias básicas.
Interesa conocer la madurez gráfica y lectora del niño, el grado que ha
alcanzado y las anomalías que presenta.
Exploración perceptivo-motriz: esquema corporal,
lateralidad, etc.
Exploración espacio-temporal: se obtienen datos sobre
posibles dificultades en la discriminación perceptiva y en la simetría
derecha-izquierda, sobre la maduración viso-motora del niño.
Estudio de la personalidad: proporciona una visión
completa de toda la problemática del niño.
En conclusión, el abandono o deserción escolar es un hecho que afecta no solo a los alumnos y familias que la padecen, sino también a la cultura y a la sociedad en general, ya que las causas que motivan al alumnado a fracasar en el ámbito educativo no se reducen a su capacidad (o incapacidad) intelectual, puesto que está siendo una victima de un sistema social, jurídico, económico, educativo, etc. poco organizado y concienciado con la importancia de la educación, que al fin y al cabo es la encargada de formar una sociedad en su conjunto y por tanto una cultura y una mentalidad, más o menos, compartida por este conjunto de personas.
A partir del Informe PISA, en el que Finlandia se encuentra a la cabeza del ranking educativo, podemos obtener cuales son las diferencias entre el sistema educativo finés y el español, averiguando de esta forma las carencias y posibles causas que pueden verse reflejadas en la cifra tan elevada del fracaso escolar español.
Algunos de los hechos más notorios que pueden explicarnos estas diferencias abismales en los resultados de ambos países son los siguientes:
Desde los 7 hasta los 15 años, los estudiantes
finlandeses asisten a 1.605 horas lectivas menos que los españoles. Y mientras
en Finlandia los deberes en casa les ocupan media hora diaria, en España los
alumnos trabajan con tareas escolares alrededor de 2 horas cada día en el
hogar.
Gratuidad
absoluta
El
Estado finlandés invierte en la formación obligatoria de sus estudiantes 40.866
euros, 5.711 más que el español. La gratuidad de la enseñanza obligatoria en el
sistema finlandés es absoluta e incluye, no sólo los salarios de los
profesores, sino todo tipo de material escolar, desde los libros hasta los
lápices. La total financiación alcanza también a los escasos centros privados
que existen.
Profesores especializados
La
buena formación técnica y humana de los profesores garantiza unos excelentes
resultados. Para dar clases se les exige una titulación universitaria de
carácter superior. Ser maestro de Primaria requiere 6 años de carrera
universitaria. Además, el hecho diferencial básico con respecto a otros países
es que un profesor finlandés debe tener una formación dirigida, no sólo a
poseer unos perfectos conocimientos de la materia que imparten, sino también a
ser unos expertos en Pedagogía.
Solidaridad
vs. competitividad
Otra
de las peculiaridades, casi única en Europa, es la
extrema generosidad que caracteriza a los estudiantes finlandeses: Se
trata de una de las claves de la equidad del sistema educativo en Finlandia.
Una labor conjunta de padres y profesores que se esmeran por enseñar a sus
hijos y alumnos que lo más importante no son los resultados espectaculares, el
éxito individual o el agravio comparativo, sino la solidaridad hacia sus
compañeros y el éxito colectivo. De hecho, las diferencias en las puntuaciones
son muy escasas entre los mejores y los peores alumnos finlandeses.
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